Buscar este blog

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Lenguaje Radiofónico

Las peculiaridades del medio radiofónico condicionan la expresión hablada. El periodista radiofónico debe ser consciente de la fugacidad del mensaje; el oyente no puede volver a  escuchar lo que se está contando, no puede comprobar si ha entendido bien la información. Su única opción es escuchar el texto en el momento, en el orden, y con el ritmo que establece el locutor. Por tanto, escribir para la radio implica saber utilizar adecuadamente el principal instrumento del periodista, la palabra. Para ello, se tendrán en cuenta las características básicas del lenguaje hablado y sus exigencias:
·         Claridad: se trata de hacer asequible la expresión porque existe el riesgo de interrumpir la asimilación mental de los mensajes si se  adoptan códigos que requieren esfuerzos reflexivos y por tanto, tiempo de descodificación (comprensión)
·         Lo concreto, en forma activa y presente. En radio son necesarias las formas que más “vitalizan” las imágenes y los relatos. En casos de equivalencia semántica, mejor las formas simples que las compuestas, el presente que el pasado, la frase activa que la pasiva.
·         Brevedad. Las exigencias del tiempo, la necesidad de facilitar la asimilación y la fugacidad del mensaje obligan a la radio a construir mediante períodos y frases breves que aseguren la comprensión.
El periodista radiofónico está obligado a dominar la ortografía, la morfología, la sintaxis y un vocabulario rico. Debe saber escribir y narrar pero además debe adaptar su escritura y narración al ritmo, cadencia y entonación requeridos en cada momento. A estas características debe unirse el matiz de la expresión personal. A través del micrófono, lo que se pierde desde el punto de vista plástico se gana en los matices de expresión exclusivos del sonido y en la posibilidad de testimonios personalizados a través de la voz; es lo que se puede denominar tono comunicativo, necesario tanto en informativos como en programas. La voz, la música, los efectos y el silencio son los elementos sonoros que determinan la capacidad expresiva. La armonía de todos ellos en torno a un contenido interesante será la que permita sostener el relato radiofónico. Así, captar la atención y el interés del público y hacerlo con la gramática adecuada al medio y al mensaje será la principal exigencia del periodista radiofónico.


Lalo Mir, periodista radial, habla del potencial de la radio

“La palabra es esencialmente la radio”


            “Todos, pero todos los que trabajamos en este medio tenemos acceso a la misma música, a las mismas informaciones, a los mismos personajes. Es más: decimos casi lo mismo. Cómo mezclar todo es nuestro gran tema. El que le devuelve al oyente esa masa de información del modo más atractivo y natural, ganó el partido. Y se queda con la audiencia.
            Para que el milagro de la radio se produzca, se necesitan dos elementos mínimos, tan indispensables como accesibles económicamente: un micrófono de veinte pesos y un tipo que tenga algo interesante para decir.
            Repito mi lema: mientras haya alguien frente a un micrófono con algo piola para contar, una ciudad entera podrá estar despierta. Acá o en cualquier lugar. Nosotros, los que trabajamos en la radio, en el fondo, no buscamos oyentes. Buscamos cómplices.
            No hay producto terminado, no existe el buen programa sino se arma una complicidad secreta entre lo que yo digo y el que me escucha. Es un código de sobreentendidos, un ida y vuelta que no parará nunca.
            La palabra. La palabra. La palabra. Eso es esencialmente la radio. La Libertad que hoy tenemos está muy bien; la posibilidad de jugar con la realidad y con la imaginación es extraordinaria.”

Lalo Mir

Revista Institucional de ARPA (Asociación Radiodifusoras Privadas Argentinas


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Gracias por compartir tus comentarios