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viernes, 18 de septiembre de 2015

Globalización Cultural

La globalización parece tener como causa inmediata las comunicaciones. Los medios y el rápido flujo de información que ellos permiten, por ejemplo, vía Internet .  Sin embargo, el término  globalización, empleado para caracterizar a esta nueva etapa del capitalismo que llega a ser mundialmente dominante, no es suficiente para explicar los cambios en el terreno cultural.
                Existe un nuevo cosmopolitismo, pero es superficial, una nueva mirada del Norte sobre el Sur, pero las cámaras y los satélites están en el Norte y las guerras civiles en el Sur o en el Tercer Mundo.  Hay una relación de reciprocidad en las imágenes, efecto mediático del desarrollo desigual.
                Para algunos investigadores los medios masivos contribuyen positivamente a la globalización cultural, es decir, a la emergencia de una cultura común planetaria, entendida como una mayor integración y comunicación entre los distintos pueblos. Cada uno se siente implicado en lo que ocurre en cualquier rincón del  mundo.
                En esta visión optimista, internet promueve un mundo más multicultural, al democratizar la difusión de distintas culturas y al otorgarles voz fuera de su espacio local.  Hay muchos ejemplos de movimientos sociales que no “tienen ni prensa ni cámara”, pero que diseñaron su propia página de internet para comunicar sus ideas, como el movimiento zapatista y las Madres de Plaza de Mayo.
                En la década del sesenta, Marshal,  McLuhan planteo una serie de hipótesis polémicas y optimistas.  Según este teórico de los medios, el desarrollo de las comunicaciones permite que las sociedades estén más  conectadas ente si, la velocidad de la información acorta las distancias y el mundo se achica convirtiéndose en un “Aldea Global”.  Los medios de comunicación (TV, PC, Internet, video, correo electrónico) aseguran el acceso de todos a la información y promueven hábitos de consumo compartidos.  El mundo tiende a integrarse culturalmente y desaparecen las fronteras culturales.
                La metáfora de la “Aldea Global” fue tan polémica como el anuncio del fin de la era Gutenberg.  La desaparición del libro impreso y su sustitución por el libro electrónico (cd-room, páginas de internet) cambia, según McLuhan, nuestro concepto de lectura: el abandonar el papel como soporte tradicional por la lectura en “pantallas”.  Estos cambios anuncian una nueva etapa: el universo digital, la era electrónica y la cultura audiovisual.
                Otros investigadores consideran a los medios de comunicación como instrumentos de dominación, que representan un nuevo colonialismo electrónico: colonizadores del oscio y del tiempo libre, manipulando a la opinión pública y transformando a los ciudadanos en meros consumidores.  Esta imagen más pesimista pone en duda que los beneficios de la revolución tecnológica en las comunicaciones puedan alcanzar a la mayoría.  Las redes de información estarían formando a ciudadanos globales, aunque esta nueva identidad depende de la participación activa en el circuito: estar conectado.
                Según Anibal Ford, la noción de “Aldea Global” tiende a simplificar y a disimular la complejidad de las transformaciones.  El mundo estaría crecientemente conectado, pero no unificado.  Por el contrario, los medios que han comunicado al mundo, no llevan a un proceso de integración sino a la fragmentación y marginación cultual.  Más que de “Aldea Global” deberíamos hablar de “conventillo global”: la convivencia de distintas culturas, algunas excluidas de las pautas de consumo globales.
                Nestor García Canclini (1995) sostiene  –empleando un lenguaje cinematográfico- que la identidad es actualmente “una coproducción”, la cultura se ha transformado en “un proceso de ensamblado multinacional, un montaje de rasgos que cualquier ciudadano de cualquier país, religión o ideología puede leer y usar.  Lo global se presenta como sustituto de lo local.  El autor señala de este modo el desdibujamiento de las identidades nacionales y regionales por efecto de la globalización y las tecnologías de la información.

Una comunicación desigual
Con las nuevas tecnologías surgen problemas inherentes a la mundialización de la información, especialmente para los países del Tercer Mundo, ya que se debilitan las tradiciones locales cuyos símbolos y valores (nacionales o étnicos) están dejando de ser referencias para la identidad.  Son máquinas de comunicar y tienen una fuerte eficacia simbólica.
                Pero tendríamos que hablar de una comunicación desigual o a dos niveles, ya que el mayor porcentaje de información se genera en los países centrales, y esta condiciona fuertemente la percepción de los asuntos del mundo.  En América Latina la dependencia se acentúa, no tanto respecto de la cultura global, sino a la producción audiovisual norteamericana.
                Estados Unidos es la sociedad que comunica mas que cualquier otra, puesto que el 70% de las comunicaciones mundiales se generan en ella y es la que lleva ventajas en los avances de la tecnología de la información.  Un ejemplo de esto es el predominio de la CNN (Cable News Network), fundada por el norteamericano Ted Turner en 1980, la primera cadena de televisión que transmite noticias las 24 hs.  Lo mismo ocurre con la industria del entretenimiento: en el caso del cine, por ejemplo, la producción de películas de Hollywood invade el mercado mundial